domingo, 27 de junio de 2010

Picnic


Deseo en una tarde de verano

Carteles de una mítica película de los 50, Picnic, que se basa en una obra teatral de William Inge, un autor “osado” para la época en cuestiones erótico/sexuales, muy crítico con la sociedad americana del momento. A un pequeño pueblo de la América Profunda llega un trotamundos que se detiene allí para visitar a un viejo amigo.

Su estancia levantará todas las pasiones y todas las represiones contenidas y aletargadas aflorarán en una comunidad dominada por un fuerte puritanismo.

William Holden es ese apetecible demonio que hará morder la manzana de la tentación a más de un habitante, provocando en la mayoría (principalmente en las mujeres), una revolución de sensaciones y sentimientos que han mantenido falsamente a raya a base de un fuerte puritanismo y autorrepresión.

Una tarde de picnic, esa especie de ángel caído que parece haber llegado al pueblo a desatar todas las tentaciones, consigue por fin que Migde, una muchacha del pueblo, hermosa y domesticada para ser elegida por su poderoso amigo que es el cacique del lugar, se rebele ante todos sus vecinos y sucumba a poderío sexual del forastero.

Los protagonistas de Picnic nunca estuvieron más atractivos ni desprendieron más erotismo. El baile que vemos en el video entre William Holden y Kim Novak es suficientemente revelador al respecto. Estas secuencias han pasado a los anales de la historia del cine. Ah, dirigía Joshua Logan.

domingo, 13 de junio de 2010

Orfeo Negro

Amor sin barreras

Orfeo negro es una mítica película venerada ya para siempre por los brasileños pues gracias a ella el país, y en especial Río de Janeiro y sus carnavales, quedaron para siempre en la memora de varias generaciones. En 1960 ganó el Oscar a la mejor película extranjera, pero ya venía de cosechar un clamoroso éxito en el festival de Cannes donde un año antes conquistó la Palma de Oro. Se hizo también con el Globo de Oro a la mejor película.

Dirigida por el francés Marcel Camus, en ella se actualiza a la sociedad brasileña del momento el mito de los amores de Orfeo y Eurídice, y se enmarca en los intensos días de carnaval en la ciudad carioca.

La película aparece hoy bastante envejecida (la he visto no hace mucho) pero su banda sonora sigue conmoviendo y asombrando. Las escenas de carnaval son antológicas y los dos actores, reclutados en las favelas y ajenos al mundo de la interpretación están en estado de gracia.

Curiosamente ambos murieron en 2008 con apenas un mes de diferencia. Habían pasado justo 50 años desde que se pusieron en la piel de los mitos de la Grecia clásica, cuya leyenda no ha podido ser adjudicada todavía a ningún poeta en concreto.



Pongo también un vídeo en el que vemos a dos chiquillos que, tras la tragedia de rigor que esperaba inexorable a estos personajes precursores de Romeo y Julieta, se disponen a revivir esos amores fatales en una especie de ciclo eterno del amor. Los Orfeo y Eurídice cariocos pueden que tengan su segunda oportunidad en esos dos chiquillos, a los que deseamos un futuro de “amor sin barreras”.